¡Proletarias y proletarios, uníos! Las mujeres trabajadoras sufrimos la explotación, pero no de la misma manera que nuestros compañeros. A la discriminación laboral, la limitación a ciertas tareas y la imposibilidad de ejercer otras, los salarios más bajos y los trabajos más precarios, se suma el riesgo permanente de ser víctimas del abuso de capataces y patrones. También sufrimos una doble explotación,sometidas a otra jornada de trabajo que nadie reconoce como tal y que hacemos gratuitamente: la que dedicamos a las tareas domésticas. En estas condiciones, la patronal pretende imponer una división entrelas fi las de los explotados, obligándonos a competir entre nosotros. le contrapone la lucha por la unidad de las filas proletarias contra la explotación. Es necesario que hombres y mujeres de la clase trabajadora combatan la opresión y el sexismo, esos prejuicios patriarcales instilados por la clase dominante entre nosotros, que sólo sirven para perpetuar su dominio de hambre, miseria y barbarie
Pd: tomado de las Compañeras de pan y rosas **Difundiendo el material!
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