¡Es una hiena con faldas, una serpiente filosófica! ¡Una libertina que avergüenza la delicadeza de nuestras mujeres, eso es la tal Mary Wollstonecraft!
Mary Wollstonecraft nació en Londres en 1759. Su infancia fue dura, violenta. Veía como su madre era golpeada por su padre, jugador y borracho. ¡Deja a mi mamá!... ¡No la toques!
En esa época, a los hijos varones los educaban en las mejores escuelas. A las niñas, no.
Esta chiquilla ya sabe leer y escribir. ¿Para qué gastar más? Se casará y el dinero estará perdido.
Mary Wollstonecraft, inteligente y tenaz, continuó estudiando sola.
De adolescente, devoraba libros prestados. Así conoció el pensamiento de Milton y de Rousseau.
Cuando tuvo 19 años murió su madre. Mary abandonó la casa y trabajó como dama de compañía, costurera y enfermera.
Y más tarde, institutriz de los hijos e hijas de un noble en Irlanda.
Señor, las niñas deben recibir una educación igual a los niños. Ellas no son florecitas para adorno.
>Mis hijas serán educadas como yo lo disponga. Miss Wollstonecraft. Le ruego abandonar mi casa.
Mary regresó a Londres y se contactó con intelectuales radicales.
Ustedes sólo hablan de los derechos de los hombres. ¿Y nosotras? ¿Dónde quedan los derechos de las mujeres?
En 1792, en plena Revolución Francesa, Mary Wollstonecraft viajó a París.
Allí se sumó a los revolucionarios. Participaba en los clubes de mujeres. Debatía sobre política y abogaba por el sufragio femenino.
>Las mujeres somos excluidas de todo. Nos condenan a la ignorancia. Yo exijo la total igualdad entre los sexos.
¿Y dónde deja las virtudes propias de la condición femenina?
¿Virtudes femeninas? Valen lo mismo que las masculinas. La única virtud es obedecer a…
Al marido. - No. A la razón. Obedecer a la razón.
¿No está yendo demasiado lejos, madame Wollstonecraft? ¿Qué quiere usted, los hombres sometidos a las mujeres?
No, señor mío. Nadie sometido a nadie. No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.
Mary Wollstonecraft también escribió contra el comercio de esclavos y la explotación de los pobres.
Sólo tendremos una sociedad igualitaria cuando nos libremos de la monarquía, de la iglesia y de los militares. Me declaro en contra de todo poder cimentado en prejuicios.
En ese tiempo, Mary Wollstonecraft publicó “Una vindicación de los derechos de las mujeres”, el primer libro feminista que pedía la igualdad en un tono abiertamente revolucionario.
Pronto, el terror de Robespierre se impuso. En Paris, Olympia de Gouges y Madame Roland fueron guillotinadas. La Revolución Francesa no aceptaba la libertad ni la igualdad de las mujeres.
En medio de la turbulencia política, Mary Wollstonecraft se enamoró de un guapo y vividor capitán norteamericano. Huyó de París para vivir con él.
La felicidad le duró muy poco. Mary estaba embarazada cuando el capitán la abandonó. Lo siguió a Londres y, ante su rechazo, intentó suicidarse dos veces.
Me angustia pensar en mi hija y en la condición dependiente de su sexo.
Madre soltera, Mary Wollstonecraft siguió escribiendo sobre los derechos de las mujeres.
Siete años después se casó con el librepensador William Godwin. Más que amantes eran amigos. Vivieron en casas separadas.
El 10 de septiembre de 1797, a un mes del nacimiento de su segunda hija, murió de sobreparto.
Tenía 38 años. Una vida corta, pero intensa. Más radical que los radicales, Mary Wollstonecraft es pionera del feminismo.
por. Radialistas.net
Mary Wollstonecraft nació en Londres en 1759. Su infancia fue dura, violenta. Veía como su madre era golpeada por su padre, jugador y borracho. ¡Deja a mi mamá!... ¡No la toques!
En esa época, a los hijos varones los educaban en las mejores escuelas. A las niñas, no.
Esta chiquilla ya sabe leer y escribir. ¿Para qué gastar más? Se casará y el dinero estará perdido.
Mary Wollstonecraft, inteligente y tenaz, continuó estudiando sola.
De adolescente, devoraba libros prestados. Así conoció el pensamiento de Milton y de Rousseau.
Cuando tuvo 19 años murió su madre. Mary abandonó la casa y trabajó como dama de compañía, costurera y enfermera.
Y más tarde, institutriz de los hijos e hijas de un noble en Irlanda.
Señor, las niñas deben recibir una educación igual a los niños. Ellas no son florecitas para adorno.
>Mis hijas serán educadas como yo lo disponga. Miss Wollstonecraft. Le ruego abandonar mi casa.
Mary regresó a Londres y se contactó con intelectuales radicales.
Ustedes sólo hablan de los derechos de los hombres. ¿Y nosotras? ¿Dónde quedan los derechos de las mujeres?
En 1792, en plena Revolución Francesa, Mary Wollstonecraft viajó a París.
Allí se sumó a los revolucionarios. Participaba en los clubes de mujeres. Debatía sobre política y abogaba por el sufragio femenino.
>Las mujeres somos excluidas de todo. Nos condenan a la ignorancia. Yo exijo la total igualdad entre los sexos.
¿Y dónde deja las virtudes propias de la condición femenina?
¿Virtudes femeninas? Valen lo mismo que las masculinas. La única virtud es obedecer a…
Al marido. - No. A la razón. Obedecer a la razón.
¿No está yendo demasiado lejos, madame Wollstonecraft? ¿Qué quiere usted, los hombres sometidos a las mujeres?
No, señor mío. Nadie sometido a nadie. No deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre sí mismas.
Mary Wollstonecraft también escribió contra el comercio de esclavos y la explotación de los pobres.
Sólo tendremos una sociedad igualitaria cuando nos libremos de la monarquía, de la iglesia y de los militares. Me declaro en contra de todo poder cimentado en prejuicios.
En ese tiempo, Mary Wollstonecraft publicó “Una vindicación de los derechos de las mujeres”, el primer libro feminista que pedía la igualdad en un tono abiertamente revolucionario.
Pronto, el terror de Robespierre se impuso. En Paris, Olympia de Gouges y Madame Roland fueron guillotinadas. La Revolución Francesa no aceptaba la libertad ni la igualdad de las mujeres.
En medio de la turbulencia política, Mary Wollstonecraft se enamoró de un guapo y vividor capitán norteamericano. Huyó de París para vivir con él.
La felicidad le duró muy poco. Mary estaba embarazada cuando el capitán la abandonó. Lo siguió a Londres y, ante su rechazo, intentó suicidarse dos veces.
Me angustia pensar en mi hija y en la condición dependiente de su sexo.
Madre soltera, Mary Wollstonecraft siguió escribiendo sobre los derechos de las mujeres.
Siete años después se casó con el librepensador William Godwin. Más que amantes eran amigos. Vivieron en casas separadas.
El 10 de septiembre de 1797, a un mes del nacimiento de su segunda hija, murió de sobreparto.
Tenía 38 años. Una vida corta, pero intensa. Más radical que los radicales, Mary Wollstonecraft es pionera del feminismo.
por. Radialistas.net
0 comentarios:
Publicar un comentario